Tras unos días de polémica en la red social de ultraderecha X (antes Twitter) queremos hacer algunas consideraciones para aclarar las posturas de nuestra asociación sobre el enfrentamiento que existe en los territorios de la actual Castilla y León.
El origen de la polémica está en una publicación nuestra en la que señalamos como desafortunada una viñeta de La Nueva Crónica. Creemos que la viñeta da a entender que el desplome de población de casi todo el territorio leonés es porque Castilla lo está vaciando. Creemos que es desafortunado por dos motivos:
- El primero porque no es estrictamente cierto: la población de la provincia de León disminuye sin que crezca la población nacida en León que reside en otros territorios. Eso significa que el principal problema demográfico de León es de crecimiento vegetativo y que ese decrecimiento no se ve compensado por la migración que sí reciben otras provincias.




- El segundo y más importante, porque alimenta un relato que enfrenta las provincias históricamente leonesas (León, Zamora y Salamanca) con las provincias históricamente castellanas. Creemos que este enfrentamiento es virtual, cuando no interesado. Con independencia de la valoración, que luego haremos, sobre la configuración autonómica de estos territorios, es del todo falso que la Junta de Castilla y León sea un aparato «castellano» orientado para «explotar» lo leonés. La lógica que sigue la Junta de Castilla y León obedece más a criterios políticos españoles y europeos que priman aquellos territorios «centrales» frente a los «periféricos», con independencia de su identificación socio-histórica.
Nos detenemos en este punto, porque creemos que es importante recalcarlo. Los problemas, y muy serios, a los que se enfrentan las poblaciones de León son consecuencia de una política territorial autonómica, estatal y europea que se han demostrado nefastas. Pero negamos que estas políticas tengan su base en un prejuicio étnico-cultural contra lo leonés, como tampoco lo tienen contra lo castellano. Las políticas de vaciamiento, sacrificio y depredación de territorios tienen un motor económico detrás y son especialmente virulentas con las zonas rurales. Partir de esa noción común es lo que nos puede permitir comprender que situaciones son comunes y cuales particulares a cada territorio. Por ejemplo, pensamos que los problemas que aquejan las provincias de Zamora y Salamanca son similares a los de Cáceres y Badajoz y a los de La Beira interior y Tras-os-montes por su situación periférica en la geografía estatal española o portuguesa; y a la vez los problemas leoneses son similares a los asturianos o los de Palencia por compartir esa condición periférica en el Estado combinada con una brutal desindustrialización y la implantación de un modelo agro-industrial depredador del territorio (regadíos y macrogranjas). Este es un debate abierto y en el que nos gustaría siempre profundizar, pero para ello tiene que haber un mínimo de racionalidad que escasea en las plataformas digitales de propaganda tipo X.
Queremos aprovechar estas líneas para abundar en algo que estos días se ha puesto de nuevo de manifiesto, y es que el principal problema tanto político como cultural al que nos enfrentamos en estos territorios no es nuestra situación diferenciada (qué pueblo gana o pierde más población, tiene más o menos PIB)…sino el problema común que tenemos que se encarna en el nacionalismo español. Estos días, en las iteraciones en redes que hemos recibido, no pocas han sido de nacionalistas españoles que ridiculizan injustamente la situación de León y las legítimas reivindicaciones que su población lleva décadas sosteniendo. Ese nacionalismo es el mismo que ataca las lenguas de los distintos pueblos peninsulares (incluido el portugués), es el mismo que propone una aspiradora centralizada de recursos (con propuestas como un Plan Hidrológico Nacional para derivar aguas de todas las cuencas a Murcia, como levantar el veto a las prospecciones de minería energética -fracking y uranio-, como ampliar el parque nuclear en nuestros territorios…) y es el mismo que siembra el odio contra los migrantes que pueblan nuestros territorios (sea en Villablino o en Medina del Campo). Este mismo nacionalismo es el que instrumentaliza la desafección hacia las instituciones autonómicas, como por ejemplo vimos en la última campaña electoral de Castilla y León, en la que Vox se presentó con un discurso «contra Valladolid» en León…pero también en Palencia y otras capitales. Esta gente no quiere más autogobierno, todo lo contrario: quieren llevar a cabo un Madrid DF contra Madrid, contra Castilla, contra León y contra todo el mundo.
Nuestra asociación es una asociación cultural castellana, pero tenemos claro que ni lo cultural ni lo castellano son compartimentos estancos de otras manifestaciones de la vida pública de nuestros territorios. Por eso vemos necesario también aprovechar para aclarar que lo que necesitan los territorios del interior español es más autogobierno, no menos. Tenemos dudas y disensos sobre si las autonomías son más autogobierno o son precisamente una mascarada para remachar el dominio caciquil de una minoría, pero donde no tenemos dudas es en que hay territorios de lo que antiguamente era la Región Leonesa que merecen ser escuchados en sus reivindicaciones, que no son solo la autonomía (sea uniprovincial o triprovincial). Por ejemplo, la reciente propuesta de considerar a las provincias de León, Zamora y Salamanca una región NUTS2 para optar a las ayudas europeas correspondientes es un caso claro de medidas totalmente posibles que una minoría social bloquea.
Por último, cerramos estas líneas mandando un abrazo a nuestras vecinas del Esla, el Tormes o el Bajo Duero. Estamos juntas en esto: más autogobierno.
Asociación Abrigaño – enero de 2025
